Se recomienda tener en la nevera ciertos picoteos listos para llevar que se puedan consumir entre horas: apio, zanahorias, yogur, frutas. Emplea la pirámide alimentaria como un instrumento para asistirte a tomar decisiones y equilibrar tu dieta. Prosigue las recomendaciones y aumenta las raciones de verduras, hortalizas y frutas y consume con moderación grasas, aceites y dulces. Para tener una mejor digestión es recomendable comer poco a poco y masticar apropiadamente la comida. De esta manera, te sentirás lleno antes de comer en demasía y te va a ayudar a reducir las calorías tomadas. Una gran olla de sopa o estofado, varias tazas de cereales enteros, legumbres cocinadas, una salsa o aderezo e inclusive múltiples pedazos de verduras al vapor pueden ser un buen comienzo. Lo mejor es que estos pueden marchar en diferentes combinaciones para la cena y los almuerzos. Prueba las legumbres y el arroz con verduras y una salsa, y al día siguiente mezcla la sopa con arroz y úsalo para rellenar los pimientos. Las comidas sabrosas pueden combinarse desde unos pocos comestibles básicos. No comas más de dos porciones de fécula al día y cerciórate de que sean de calidad, con granos integrales o verduras con almidón. Trata de tomarlos en la cena cuando resulte posible, ya que te va a preparar para una mejor noche de sueño pues los hidratos de carbono pueden ayudarte a conciliar el sueño más de manera rápida, aparte de que es buena forma de concluir el día. Cuando cocines arroz o pasta, puedes añadir un par de puñados de verduras congeladas, por ejemplo, guisantes, zanahorias y brócoli a fin de que tu plato sea más colorido y nutritivo. El agua siempre es lo mejor. Precisas de seis a ocho vasos de líquidos al día, algunos de estos pueden ser de comida, café, té, leche y agua.

COCINA FACIL