Realizar con constancia y regularidad una actividad física es un hábito muy provechoso para la defensa, evolución y recuperación del estado de salud, mejorando a la vez el carácter, la disciplina y la determinación. Debemos practicar ejercicio diariamente, todos los meses y durante el año entero, si bien puede ser en verano y primavera cuando sea más apetecible, ya que tenemos mejores condiciones climáticas y es más viable realizarlo en el exterior. El deporte o ejercicio físico, con independencia de que su duración sea más larga o corta, contribuye positivamente en nuestro bienestar psicológico y mental, ayudando a mejorar la autosuficiencia de la persona, la memoria, la agilidad del pensamiento, etc. Asimismo se estimulará con esto la alegría o el optimismo, al mismo tiempo que mejora la autoconfianza, lo que provoca ventajas incluso frente a determinadas dolencias, como la osteoporosis, la hipertensión o bien las bajadas de azúcar en sangre de aquellos que sufren diabetes. En cuanto a la frecuencia, la duración, la intensidad y la carga de cada sesión de entrenamiento, han de ser establecidas y ajustadas de forma individual, ya que van a depender completamente de la habilidad técnica y de la condición física de la persona que vaya a realizarla.

Cuál es el mejor método para empezar a hacer ejercicio