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Deno Cesar

Resumen biográfico

Vigila el tamaño de las porciones que comes. No es necesario que limpies el plato cuando estás comiendo fuera, puesto que la mayor parte de las comidas son mucho más grandes de lo que el adulto promedio necesita. Puedes decantarse por compartir la cena o por pedir platos más pequeños. Consume comestibles que parezcan tan cercanos a su estado natural como resulte posible, como los alimentos integrales. Se ha comprobado que practicando yoga y meditación, la asimilación y digestión de alimentos mejora y se reduce el deseo de alimentos ricos en calorías. El trabajo duro merece una recompensa siempre que no sea el alimento insalubre del que estás tratando de separarte. Fíjate metas pequeñas para marcar tu evolución y recompénsate cuando alcances dichos objetivos. Goza los picoteos creando tu mezcla de frutos secos, nueces, semillas y palomitas de maíz, separándola en raciones en envases para una sola porción. Cuando te entre el impulso de picotear algo, toma uno de los recipientes y disfruta de tu tentempié saludable. Emplea tazones y platos más pequeños para cada comida para hacerte creer que comes más de lo que comes. Esencialmente es una ilusión óptica que engaña a tu cerebro para que piense que comes un plato lleno. Esto sirve de ayuda cuando tratas de comer porciones más pequeñas durante el día. Realizar las compras más a menudo te dejará tener siempre a mano los productos más frescos, lo que es útil si en tu cocina tienes un espacio de almacenamiento limitado o si tu nevera/congelador son pequeñísimos. Pero esto únicamente es posible para quienes vivan cerca de una tienda de comestibles y tengan tiempo para poder comprar con más frecuencia. En cualquier caso, lo más importante es planificar las comidas con anticipación.

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