Desayunar temprano es un buen hábito que debemos agregar a nuestras rutinas del día a día. Los estudios muestran que quienes desayunan apropiadamente consumen menos calorías en el resto de las comidas del día y además de esto son menos propensos a picar de manera compulsiva el resto del día. Toma carnes magras y aves de corral horneadas, a la parrilla o a la plancha. Procura cambiar tus fuentes de proteínas con más pescado, legumbres, guisantes, nueces y semillas. Puedes preparar anticipadamente bocadillos saludables y tenerlos en el congelador para poder añadirlos de forma fácil durante la semana a el alimento para llevar de niños o adultos. Aprovecha la enorme pluralidad de alimentos deliciosamente saludables. Trata de ser aventurero y buscar nuevos alimentos para probar. Si comes los mismos comestibles toda la semana va a ser muy desmotivador y arriesgado puesto que te puede llevar a la tentación. Buscar continuamente nuevas recetas, condimentos y combinaciones de sabores puede ayudarte a que se transforme en un reto entretenido. Trata de que cuando menos la mitad de los elementos de tus comidas sean de origen vegetal. Las verduras se pueden tomar en cantidades ilimitadas y pueden llenar fácilmente un plato haciendo que el alimento parezca más grande. Planificar las comidas es esencial. No vas a tomar buenas resoluciones relacionadas con el alimento si tienes hambre. Planifica con anticipación, incluso ya antes de ir a comprar, lo que cocinarás y lo que comerás. Es una forma de gastar menos tiempo y dinero y de realizar elecciones mejores y más saludables. Tu estómago tarda 30 minutos en informar al cerebro que está lleno. No comas veloz, disfruta tu comida. Siéntate a la mesa de forma sosegada y evita distracciones como la televisión o el teléfono. Ciertas personas encuentran útil anotar qué y cuánto comen y de qué manera se sienten antes y después.

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