LLevar una dieta equilibrada con una gran cantidad de frutas, verduras y cereales integrales tiene muchos beneficios para la salud. Debes asegurarte de comer suficiente de este género de alimentos y eludir otros que son más perjudiciales y menos saludables. Si vas a meter al horno algún producto, puedes reemplazar el aceite o la mantequilla por alternativas como el puré de manzana, unos plátanos maduros triturados o bien unos pedazos de piña machacada. Tu bizcocho puede quedar igualmente sabroso y ser considerablemente más saludable. Trata de iniciar la comida con una sopa de vegetales. Así, los nutrientes de la sopa te ayudarán con la digestión y la cantidad de líquido consumido va a llenar parte de tu estómago, por lo que te sentirás lleno antes. Sopas, estofados, legumbres y salsas se congelan realmente bien y pueden durar meses. Guárdalos en porciones de cantidades individuales. Si te lo propones cada semana, acabarás el mes con una diversidad de legumbres, granos y sopas listos para rescatar cualquier día que no tengas tiempo para cocinar. Intenta que cuando menos la mitad de los elementos de tus comidas sean vegetales. Las verduras se pueden tomar en grandes cantidades y pueden llenar fácilmente un plato haciendo que la comida parezca más grande. Reemplazar la sal por otros sabores ayuda a progresar la presión arterial y reducir el riesgo de enfermedades cardiacas. Siempre se aconseja probar la comida antes de añadir más sal. Procura no tomar demasiados comestibles con altos contenidos en sal como ciertos frutos secos y aperitivos. Si tienes apetito entre horas, elige un picoteo saludable. Puedes decantarse por un pedazo de fruta, un puñado de nueces, un vaso de leche desnatada, un yogur o bien palitos de verdura con humus o queso fresco.

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